EL MITO DE TROYA EN LA MONEDA
La Guerra de Troya es un suceso narrado en la épica griega, entre otras obras en la Iliada, respecto al cual la historiografía actual está dividida. Algunos historiadores consideran que los restos arqueológicos de la ciudad descubierta por Heinrich Schliemann (1871) junto al estrecho de los Dardanelos, en la actual Turquía, es la Troya mítica, mientras que otros piensan que Troya y su guerra son sólo una leyenda. Los primeros sitúan cronológicamente el conflico alrededor del año 1200 a.C.
Según el mito, al caer Troya, Eneas, hijo del príncipe Anquises y de la diosa Afrodita y héroe de la Guerra de Troya, logró escapar de la ciudad con su padre, su esposa Creúsa y su hijo Ascanio e inició un viaje, guiando a su familia (Creúsa, no obstante, falleció en el camino) y a otros exiliados de Troya hasta el Lacio, región central de la península itálica donde los troyanos se asentaron, Eneas reinó sobre su pueblo y al cabo de los años sus descendientes Rómulo y Remo fundaron la ciudad de Roma. Cabe señalar que la dinastía imperial Julia-Claudia se declaraban descendiente de Eneas.
A lo largo de la historia de Roma varias emisiones, imperiales y provinciales, representaron la mítica escena del éxodo troyano, germen de su gloriosa civilización.
Tal es el caso de este áureo de Augusto del año 42 a.C., que representa a Eneas cargando con su padre, Anquises, a quién un rayo había causado la ceguera como castigo por haber revelado el divino nombre de la madre de su hijo. Sólo se conocen 8 ejemplares de esta moneda. La de la imagen fue subastada por Numismatica Ars Clasica en el año 2013 y adjudicada por 229.770 dólares.
Este sestercio de Antonino Pío emitido entre los años 140 y 144 muestra a Eneas portando en su legendario viaje a Anquises sobre el hombro y a su hijo Ascanio de la mano.
Las monedas de las siguientes imágenes, un bronce provincial frigio acuñado entre los años 198 y 209 y un áureo de Antonino Pío emitido entre los años 140 y 143 representan también ambos a abuelo, padre e hijo en su travesía hacia el Lacio.
Pero, de acuerdo con el mito romano, Eneas se llevó consigo a Italia algo más que a su familia y compatriotas.
Atenea, diosa de la guerra, fue criada por Triton (hijo de Poseidón y Anfítrite) junto a Palas, la propia hija de Tritón. En cierta ocasión se encontraban Atenea y Palas practicando las artes de la guerra; Palas estaba a punto de dar una estocada a Atenea cuando Zeus, temiendo por la vida de su hija interpuso la égida (escudo de piel de cabra perteneciente al rey de los dioses) entre ambas. La intervención de Zeus desconcertó a Palas y Atenea aprovechó el desconcierto de ésta para asestarle un golpe, que hirió a su compañera de juegos y le provocó la muerte.
Para aplacar su dolor Atenea talló una estatua de madera de tres codos de altura que representaba a Palas sosteniendo una lanza y que es conocida como el Paladio (Palladión en griego).
Cuando en los juegos organizados por el rey de Frigia, Ilo ganó las pruebas de lucha, el rey le dió una vaca y le pidió que fundara una ciudad donde la vaca decidiera tumbarse. Ilo partió y, cuando en un lugar del camino la vaca decidió tumbarse a descansar, el héroe imploró a Zeus que le enviase una señal de que ese era el lugar elegido. Entonces el Paladio cayó del cielo frente a su tienda y fue en dicha ubicación dónde Ilo fundó la ciudad de Troya y construyó un templo para albergar la figura. Los troyanos consideraban que la imagen había sido enviada por Zeus para proteger la ciudad y que, mientras se encontrara en ella, Troya estaría a salvo.
Algunas narraciones relatan cómo Eneas en su huída llevó consigo el Paladio hasta Italia, suceso al que aluden algunas acuñaciones romanas cuando representan a Eneas portando la legendaria figura.
Denario de Julio César emitido en África entre los años 47 y 46 a.C. Presenta a Venus (Afrodita) en el anverso y a Eneas sosteniendo a su padre con un brazo y con la otra mano el Paladio, en el reverso.
Pero quienes para unos son héroes son villanos para otros y no es casual que la moneda que contradice los hechos refrendados por la anterior sea de origen griego. Este dracma de Argos acuñado entre los años 370 y 350 a.C. sitúa el Paladio en posesión de Diómedes. Como apunta otra versión de la historia, el Paladio fue robado de Troya por dicho héroe aqueo, quién lo sustrajo con la intención de privar a la ciudad de su protección divina, precondición necesaria para su conquista. Los romanos creían que la figura robada por Diomedes fue una copia de la original, que fue la que Eneas se llevó a Italia.
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