Si bien las emisiones imperiales en cecas hispanas fueron contadas, ciertos autores atribuyen acuñaciones incluso áureas (en algunos casos no sin provocar cierta controversia) a algunas de las más relevantes ciudades de la Hispania romana.
Ciertos áureos de época augustea son atribuídos a la ciudad de Cesaraugusta (Zaragoza), colonia fundada por Octavio en el año 14 a.C. con la implicación de parte de las legiones que habían luchado en las guerras cántabras.
Otras emisiones realizadas con la efigie de Augusto son atribuidas a Colonia Patricia, Córdoba, colonia fundada por Roma con población originaria de la metrópoli en el año 169 a.C., que en época de Augusto se convirtíó en la capital de la Bética.
Servio Sulpicio Galba fue enviado a Hispania en el año 60 como gobernador de la Tarraconense, dónde permaneció 8 años hasta que fue nombrado Emperador de Roma en el año 68 (sucediendo a Nerón). Ostentó el cargo durante siete meses hasta su asesinato en Roma en el año 69. Algunas de las acuñaciones que Galba realizó durante su principado suelen localizarse en Tarraco, capital de la provincia a la que daba nombre y la mayor de las demarcaciones romanas en la Hispania altoimperial.
Entre las piezas acuñadas a nombre de Galba, merece especial mención por su extremada rareza y su gran belleza el ejemplar presentado en la siguiente imagen, un áureo del cual se conoce un único ejemplar, que muestra a Galba cabalgando en el anverso y el busto de Hispania (mucho más agraciada, dicho sea de paso, que el propio Galba, quien tuvo mal envejecer a consecuencia de sus excesos culinarios y posiblemente de otra índole) en el reverso. La moneda fue subastada por Aureo y Calicó en Febrero de 2012 y alcanzó un precio de 120.000 EUR.
La siguiente pieza de Galba/Tarraco, alcanzó también una altísima cotización cuando salió a subasta por mano de Numismatica Ars Clasica en 2012 alcanzando un precio de venta de 301.140 USD.
Otros áureos de Vitelio acuñados en Tarraco.
También en época de Vespasiano, primer emperador flavio (años 69 a 79), entre cuyas políticas destaca, por lo que respecta a Hispania, la concesión más o menos (dependiendo de a quién se pregunte) generalizada de la municipalidad latina a las ciudades hispanas, la capital de la Tarraconensis emitió moneda de oro.
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